¿Sabías que…?

Las tradiciones navideñas son muy diversas según el continente, el país e incluso la región. Sin ir más lejos aquí en Cataluña se festeja durante la víspera navideña el caga tió como sinónimo de Santa Claus, el cual no existió en España hasta mediados del siglo XX y fue popularizado por la famosa marca Coca-Cola y por la influencia de las películas norteamericanas. Podríamos decir que Papá Nöel, este entrañable personaje regordete y bonachón ha sido una influencia de la modernización y la globalización en nuestro país. Pero, ¿qué otras tradiciones de Nochebuena y de Navidad se esconden en España que han quedado medio mudas por el abuelo de la barba blanca?

Como ya hemos comentado (y seguramente sabrás) aquí en Catalunya es tradición el Cagatió o el Tió de Nadal. Pero lo que quizás sea nuevo para ti es que este personaje navideño lo compartimos con algunas zonas de la comarca de Aragón (llamado La Toza o Tronca de Navidad) y con Andorra. En realidad se llama Tió o Tió de Navidad, Cagatió es como lo solía llamar la gente que no son de estas regiones por la famosa canción que se le canta para que “cague” los regalos y dulces. Su nacimiento se relaciona con el solsticio de invierno y se trata de un tronco mágico de origen rural al que después de dejar sus obsequios para los niños de la familia se le prendía fuego llegado el día de Navidad, simbolizando la purificación y el inicio de un nuevo tiempo. Actualmente, el Tió no se quema y simplemente se le golpea después de la cena de Nochebuena al ritmo de una canción tradicional para que “cague” los regalos y dulces y los podamos recoger el día de Navidad. Para que esto suceda, es tradición darle de comer desde el 8 de diciembre y se le suele cubrir con una manta y una barretina para que no pase frío.

Más allá de las fronteras Aragonesas, en País Vasco y Navarra nos encontramos con el Olentzero, un carbonero tripudo, sucio de carbón y desharrapado que vive en lo más profundo y alto de las montañas alejado de la sociedad, haciendo carbón y que cada invierno baja de las montañas a las ciudades y pueblos de Euskal Herria para dejar regalos en las casas en Nochebuena; aunque el significado que se le ha dado en la época modera es que baja a anunciar el nacimiento del niño Jesús. Igual que el Tió, también es un personaje cuyo origen se encuentra en el solsticio de invierno, el renacimiento de la naturaleza y del sol. Es decir, pasadas las fiestas se quema como representación del cambio de lo viejo a lo nuevo. Por ello, su aspecto zarrapastroso simboliza el tiempo pasado y el día de Nochebuena se quema destruyendo todo lo viejo, lo que ya no sirve, y se celebra la llegada de un nuevo ciclo.

Otro entrañable personaje de nuestro país es el O Apalpador o Pandigueiro, procedente de las zonas del este de Galicia. Éste señor es también un carbonero que vive en las montañas pero a diferencia del Olentzero baja a los pueblos dos noches al año, la del 24 y la del 31 de diciembre, y entra en las casa de las familias con hijos mientras todos duermen, se acerca a los niños y les palpa la tripita (de ahí el nombre de el Apalpador) para ver si han comido suficiente durante el año. Si es así, el Pandingueiro deja un montón de castañas y algún regalito como deseo y bendición para que tengan un año nuevo lleno de felicidad y comida. Como dato curioso, este ritual de creencia gallega da otro nombre a la víspera de navidad y es la noite de apalpadoiro (noche de palpar).

Seas de la región, país o continente que seas y tengas la tradición navideña que tengas, seguramente coincidirás con el resto del mundo en la costumbre de reunirte con la familia y con los amigos para cenar y festejar que un año más os podéis reunir todos de nuevo. Un día para estar en harmonía, crear nuevos recuerdos, compartir un momento especial en el año dónde parece que el mundo y el tiempo se paran (¿quien no tiene recuerdos de Nochebuena de cuando era pequeño que parece que lo vivió ayer?), también para dedicar algunas anécdotas a los que ya no están y recordarlos con una sonrisa. Cómo no, no nos olvidaremos de mencionar a unos de los grandes protagonistas de esta noche, los niños; esas personitas que nos ayudan a recuperar la ilusión y la inocencia por una noche y por los cuales existen leyendas tan entrañables como las que os hemos contado.

En realidad es una noche muy mágica y para Can Mauri es todo un honor poder formar parte de ella y de vuestros recuerdos de familia y amigos. Por ello, nos comprometemos a crear un ambiente cálido, acogedor, con un menú minuciosamente elaborado para ti y los tuyos para ayudarte a hacer de la víspera de Navidad una noche inolvidable un año más.

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